viernes, 23 de septiembre de 2011

Los Asuntos Pendientes


Un destacado doctor ha declarado recientemente que el secreto de la felicidad consiste en no dejar ningún asunto pendiente.
Yo me voy a poner a redactar hoy mismo una lista, no sea que esto también se me quede por hacer y acabe siendo infeliz por falta de planificación.


Fuera bromas, no le quito razón al eminente doctor, pues es verdad que, en mi caso, lo que más me suele atormentar ocasionalmente son los olvidos involuntarios, sobre todo esos detalles que a veces se me pasan, y que son tan importantes para los demás. Ejemplos:
  • Mandarle unas fotos a mi prima que le prometí hace más de siete meses.
  • Llamar a un amigo que por una tontería dejó de serlo, a ver si podemos arreglarlo.
  • Recordar los cumpleaños de mis sobrinos.
Después hay otras cosas que siempre dejamos para después, y que en mi caso terminan por agobiarme.
Procrastinar genera infelicidad, ¿quién lo iba a imaginar?
  • Terminar mi web.
  • Decidir si cerrar o no mi etapa musical.
  • Deshacerme de una vez de todo instrumento musical que no haya usado en más de cinco años.
  • Deshacerme de esos casi tres mil vinilos que aún andan por las estanterías, y de paso de los DVD, Laser Disc y VHS que aún rondan por la casa.
  • Escanear las fotos para mi prima.
Como veis, mi prima aparece dos veces, lo que demuestra que en mi caso, la familia importa. De hecho, ahora que lo pienso, no voy casi nunca a verles...

De pronto, tengo la sensación de estar haciendo inventario. Unas maletas imaginarias en las que estoy metiendo todo lo que necesito tener solucionado para estar tranquilo, y la cosa se va poniendo trascendental.
  • ¿Debería hacer testamento?
  • ¿Borro todo lo que sea comprometedor de mi ordenador?
Me vais a llamar tétrico, pero una vez tuve que entrar en casa de un chaval que acababa de fallecer de improviso (D.E.P.), y lo que más me marcó fue ver que sobre la mesa de su salón tenía varios DVD sin abrir, con su precinto y todo.

No se, esto de hacer balance es un fastidio, siempre nos va a quedar algo por hacer. Yo le respondería a su eminencia que, si bien es verdad que en un mundo ideal lo perfecto sería no tener nada pendiente, vivimos en un mundo real en el que lo mejor que podemos hacer es vivir el presente y disfrutar de cada momento al máximo.

Yo soy fan de Dory, el pececito de "Buscando a Nemo", ese que tenía memoria temporal. Que maravilla vivir así, sin preocupaciones, sin impuestos o facturas que pagar, con la comida gratis y un océano lleno de aventuras por correr.
Para mi la felicidad es eso, no tener preocupaciones, y lo que propone este señor me parece que añade aún más a las que ya tenemos, ¿no os parece?

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