martes, 30 de octubre de 2007

Cuentos, cuentos...


Ayer hablaba de los vampiros emocionales, hoy le toca el turno a otro monstruo del imaginario moderno: el cuentísta.

El cuentísta es aquel al que le cuentas una cosa y al poco tiempo la va contando por ahí como propia.
También gusta de dar pena y ser víctima, mostrando sus (usualmente autoinflingidas) heridas al respetable para lamerselas o ser lamido a voluntad y, sobre todo, es el tipo de persona que poco tiempo despues negará todas y cada una de las palabras que salieron de su boca si la cosa ya no le interesa o descubre que puede perjudicarle en la fabricación de un nuevo cuento que contar.

Remedios: la sinceridad les asusta, y si es pública aún más. Viven de su público.
Recomiendo huir o usar unas orejeras de lana para camuflar los auriculares del iPod, que deberemos tener funcionando a máximo volumen cuando el sujeto se nos acerque.
Te aconsejo una música alegre y relajada, para así tener una expresión serena y sonriente a ratos; aunque no te pases querida, no vayan a pensar que de pronto te has quedado lela.

lunes, 29 de octubre de 2007

Vampiros emocionales


Vampiros emocionales, ¡la verdad tras la leyenda!

Bueno, tras el rimbombante título se supone que debería explayarme con una definición y bla bla bla bla
Paso
Todos sabemos lo que es un vampiro emocional, ¿o no te ha pasado núnca tener un rato a alguien a tu lado y a su marcha sentirte agotado?

Ejem... no me refería a "ese" tipo de encuentros jeje

O bien porque nos dejamos o porque ellos lo cojen sin permiso, este tipo de personas drenan nuestras energías. Hay que tenerlos bien localizados y dosificar su compañía con gotero, o las repercusiones en el estado de ánimo general terminan siendo desastrosas.

Y no, los ajos no funcionan. Como mucho a alguno de los vampiros se les repetirán si se los damos a comer, pero no me parece una solución práctica.
Con lo de las cruces cuidado, porque igual si os ven con muchas alrededor os toman por fans de la primera época de Madonna.